ACTEAL VIVE


Por Julio Gálvez
Twitter: @juliogalvezb

A 15 años de la masacre de 45 indígenas en Acteal, ordenada por el gobierno del Ex Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, poco ha cambiado el panorama socio-político en México, hoy en día, el pueblo mexicano sigue siendo víctima de la violencia encubierta por el PRI.

En 1997, un grupo paramilitar denominado “mascara roja”, ataco a indígenas tzotziles de la organización "las abejas", que se encontraban orando en el interior de una pequeña iglesia. El resultado fueron 45 muertos, incluidos niños y mujeres embarazadas. Ante los hechos, el gobierno mexicano califico a la masacre como un conflicto étnico local, mientras que opositores y grupos defensores de derechos humanos la consideraron como parte de una estrategia gubernamental para desarticular la base social del ejército zapatista de liberación nacional.

Con lo acontecido en Acteal, fueron inculpados 26 indígenas identificados por los deudos de las víctimas como los autores de los crímenes. Ante esta situación, los procesados solicitaron amparo al Poder Judicial de la Federación y mucho tiempo después, los casos fueron atraídos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que el 12 de Agosto de 2009, les fue concedida la protección constitucional bajo el argumento de que la Procuraduría General de la República, en ese tiempo encabezada por Jorge Madrazo Cuéllar, fabrico las evidencias para inculpar a los presos.

Quizás las nuevas generaciones no recuerdan Acteal y muchos mexicanos han perdido la memoria, pero México en aquellas épocas vivía la máxima represión en contra de la libertad de expresión, nadie podía realizar una crítica y quien ponía en peligro los intereses del gobierno autoritario simplemente era castigado con su empleo o en su persona física. Durante la decadencia del régimen priista, se respiraba miedo, los ciudadanos se comportaban como robots programados para servirles a los señores feudales, la dignidad humana siempre pasaba a segundo término y todo porque en cualquier régimen autoritario, los gobernantes enloquecen en su afán por retener el poder, vulneran derechos humanos para someter al pueblo a un determinado gobierno.

Hoy en día, las cosas no han cambiado mucho, con la reacción violenta que el gobierno tuvo en contra de estudiantes el pasado 1 de Diciembre, durante la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, los priistas regresaron al poder reprimiendo a la ciudadanía poniendo en juego las libertades que los mexicanos hemos ganado a través de la sangre derramada en el movimiento del 68, la matanza de Acteal, el caso Atenco y las miles de violaciones a derechos humanos que se cometían en el régimen de los dinosaurios. Con la clásica demagogia priista, los medios oficiales de comunicación quieren que la gente olvide la represión que caracteriza a la dictadura perfecta.

Hoy más que nunca los ciudadanos debemos hacer conciencia y comprender que bajo el régimen dictatorial priista, México no estaba muy alejado de otros gobiernos represores como el de Francisco Franco en España. Con el regreso del PRI a los pinos, posiblemente volveremos a las épocas de la corrupción enmascarada, del narcotráfico encubierto, de los medios de comunicación comprados, del miedo, de las matanzas a indígenas, del doble discurso y de las devaluaciones recurrentes.

Aunque para algunos el PRI ha cambiado, Enrique Peña Nieto, está demostrando ser más de lo mismo, repite patrones de políticos priistas de la era del terror, en el caso Atenco utilizo la misma estrategia de represión utilizada en 1997 en la matanza de Acteal. La sociedad hoy en día se pregunta ¿Quiénes son el verdadero peligro para México? La libertad de expresión está en juego con el regreso de los priistas a la Presidencia de la República y las redes sociales serán la única arma que tiene el pueblo en contra de nuestros ambiciosos políticos.

El Partido Revolucionario Institucional, en realidad carece de ideología, no es un partido de derecha o de izquierda, como camaleón se adapta al medio para buscar el poder por el poder, los mexicanos debemos abrazar nuevamente nuestras raíces, la dictadura perfecta está abollada, carece de legitimación social para imponer su forma de gobierno, cada uno debemos hacer el cambio desde nuestra trinchera, con los actos violentos del pasado 1 de diciembre, Enrique Peña Nieto, le declaro la guerra al pueblo mexicano, violencia genera violencia, Acteal vive.

Por Julio Alejandro Gálvez Bautista, Licenciado en Derecho por la Universidad la Salle, Especialista en Derecho Civil, Maestro en Derecho Procesal Constitucional y Candidato a Doctor en derecho por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre derecho constitucional, derechos humanos, derechos sociales, derecho a la información y reforma gubernamental; pagina web: www.juliogalvez.com