MARGARITA MAZA DE JUÁREZ, MUJER PATRIOTA Y MADRE EJEMPLAR


Por Miguel Ángel Serna Ortega
Investigador histórico

Fue hija del genovés Antonio Maza Padilla y de la mexicana Petra Parada de Maza. De buena posición económica y refinada educación, tuvo once hijos con el presidente Juárez, tres hombres y ocho mujeres, de los cuales tres murieron a temprana edad (dos de ellos varones y la otra mujer).

Margarita se distinguió por la caridad y ayuda que brindaba a los que tenían menos oportunidades, asimismo, fue una mujer de carácter sólido pues, a pesar de todos los obstáculos presentados, siempre apoyó la causa de su esposo, Benito Juárez, con quien contrajo nupcias el 31 de octubre de 1843.

Esta mujer admiraba notablemente a su esposo, pues a pesar de la gran diferencia de la edad entre ambos (veinte años de diferencia), posición social y sus distintos orígenes, siempre lo acompaño y apoyó incondicionalmente, aun cuando sus revolucionarias ideas no fueran acordes al tiempo en que se vivía.

Margarita vivió diversos momentos difíciles al lado de Juárez, uno de ellos, cuando su esposo fue desterrado del país por haberle negado resguardo al general y dictador Santa Anna. Además de que quedó sola con sus seis hijos y en espera de dos más, fue perseguida, razón que la obligó a buscar refugio en las siguientes haciendas, de manera sucesiva, Miguel Castroterrey, Santa Anita, Llalinas, Los Naranjos y Santa Gertrudis. Sin embargo, logró hacerse de algo de dinero, el cual utilizó para enviar ayuda a su marido, quien se encontró viviendo un tiempo en La Habana, Cuba, y después se movió a Nueva Orleans, EE.UU.

La llegada de Juárez a México y su victoria junto al general Juan N. Álvarez, le dio a Margarita la oportunidad de volver a ver a su marido. Después de haberse encontrado, a su regreso a la ciudad de Oaxaca establece una pequeña tienda en Etla, pero los problemas no acabaron en ese momento, pues poco tiempo después de publicadas las Leyes de Reforma, donde Juárez limitaba el poder de la iglesia Católica, confiscando sus propiedades (entre ellas asilos y hospitales), exclaustrando a monjas y religosos, y separandola del gobierno, el clero decide pedir ayuda a las potencias Europeas. Francia invade México por segunda vez, y en esta invasión francesa Margarita vuelve a separarse de Juárez mas no lo abandona. En ese periodo, Margarita y sus hijas organizan reuniones, obras y otros pequeños eventos para recaudar fondos y apoyar la causa de Juárez, mediante la ayuda a las familias y personas afectadas por la guerra y a hospitales de guerra.

Desgraciadamente es descubierta por el gobierno Imperialista de Maximiliano, y huye en dirección a los Estados Unidos de América, refugiándose inicialmente en Nueva York, aunque finalmente se oculta en Washington D.C., a donde arriba en noviembre.

Mientras Margarita se encontraba en Estados Unidos, mueren dos de sus tres hijos varones, José y Antonio, lo cual le resulta un grave golpe; esto aunado al hecho de la desesperación que sufría por ver a su marido, la hacen sentir muy decaída. Empero, se sobrepone e intenta darle todo el apoyo posible a su esposo, quien se comunicaba a través de cartas.

Cuando triunfó la República sobre los Imperialistas, Margarita regresó a México para reencontrarse con su esposo, a bordo de un buque de guerra que el presidente de Estados Unidos le puso a su disposición y a la de su familia y amigos que la acompañaron.

El matrimonio Juárez-Maza, enfrentó la separación y la muerte prematura de cinco de sus doce hijos. En 1858, cuando Juárez era gobernador, murió en Oaxaca María Guadalupe a un año de haber nacido. Tres años más tarde, durante la primera separación de este matrimonio motivada por el decreto de expulsión dictado por Santa Anna, murió Amada a los dos años de edad. En la ciudad de México, murió en 1862 su hija Jerónima Francisca que había nacido tres años antes en Veracruz durante la Guerra de Reforma.

En 1865, al tiempo que Margarita y sus hijos se encontraban en Nueva York, muere su hijo Antonio de tan sólo un año de edad. Al año siguiente, en la misma ciudad norteamericana, dejó de existir José María a los nueve años de edad. Fue tal vez esta muerte la que más dolor causó a Juárez, quien en carta a Matías Romero dijo: “… no me extiendo más, porque bajo la impresión del profundísimo pesar que destroza mi corazón por la muerte del hijo a quien más amaba apenas he podido trazar las líneas que anteceden…”

Por el año 1870 Benito Juárez, que solía trabajar hasta la media noche, cambió su hora de salida a las 18.00 para pasar el resto del día con su esposa y su familia. Margarita desde un tiempo atrás había empezado a tener manifestaciones de una enfermedad que los médicos pensaban era probablemente grave.

Margarita y Juárez se paseaban por el Paseo de Bucareli junto con sus hijas e hijo. En ese tiempo Bucareli remataba en la actual Arcos de Belén, era un centro de reunión social donde paseaban gente de todas las clases sociales. Los ciudadanos podían acceder al presidente directamente.

Los Juárez tenían una casa en los límites de la Ciudad, junto al Templo de San Cosme, número 4 de la Calle Puente Levadizo. Juárez tenia cinco hijas: Manuela (apodada Nela por la familia) casada con Pedro Santacilia, Felicitas; María de Jesús casada con Pedro Contreras, de origen español; Margarita; Soledad y Josefa. Además el más pequeño de sus hijos era Benito de unos 13 años. Susana, la hija mayor de Juárez cuya madre fue la primera pareja de Benito, fue adoptada por Margarita formando parte integral de la familia Juárez Maza, nunca se casó.

En agosto de 1870 los médicos le dijeron a Juárez que la enfermedad de Margarita era progresiva y mortal. Al parecer era cáncer. Juárez salía temprano de su oficina y llegaba a su casa alrededor de las 6:30 de la tarde.

El 2 de enero de 1871 Margarita recibió los Santos Oleos del cura del templo de San Cosme. Toda la familia se reunió ese día incluyendo a Susana. Juárez ese día estuvo en su casa desde las 10:30 de la mañana hasta las 15:00 de la tarde. Margarita le pidió a Juárez velar por Susana e hijas solteras. Juárez lloró. Juárez le dijo que se pondría bien. Margarita le pidió a Juárez cumplir con el deseo de sus hijas de casarse por la iglesia. A las 16:00 de la tarde, Margarita murió con una sonrisa. Juárez gritó de dolor.

Juárez no quiso enviar esquelas y pidió a sus amigos que no lo hicieran y que manejaran el fallecimiento de su esposa muy discreto. Pero Sebastián Lerdo de Tejada dijo que no se podía hacer aquello por que Margarita era una mujer muy querida, por lo tanto todos los periódicos publicaron la noticia. El país entró en luto. Moños negros en muchas edificaciones, suspensión de obras teatrales y otras manifestaciones. Cientos de personas se dieron cita para acompañar el cuerpo rumbo al sepelio en el cementerio de San Fernando, cientos de coches y cientos de personas a pie.

Juárez instruyó para que no se le acercaran políticos de ningún tipo exclusivamente amigos y familiares cercanos. Se venían tiempos electorales y Juárez no deseaba que mezclasen tal acontecimiento con la política.

Guillermo Prieto dijo en el sepelio: "Es acaso posible que mueran las personas a quienes más amamos, pues que es posible que sólo quede vibrante mi voz para caer como sombra de la muerte, como es posible para mi señora objeto de mi devoción por años y años, contemplar su muerte... como es posible señalar... joya blanca azuzena de su hogar modesto, mujer acariciada con los brazos de oro de la virtud y la fortuna". Juárez palideció al momento de que el féretro descendía. Por semanas se habló mucho de esa ceremonia fúnebre. Juárez no fue a trabajar por una semana. Se habló del amor de Juárez por Margarita como un ejemplo a seguir.

Margarita Maza de Juárez murió el 2 de enero de 1871 en su casa de campo, en San Cosme, en la Capital del país, y antes de morir pidió ser inhumada con las cenizas de sus hijos e hijas que habían muerto años atrás, actualmente sus restos descansan en el panteón San Fernando.