REGALO DE REYES

Por Virgilio Guzmán Valdes
Twitter: 02virguz10

Le informo a nuestras y nuestros amables lectores que hoy voy a exponer uno de mis 1000 cuentos que tengo elaborados y esta vez, “a modo del fin de año e inicio del 2014, lo voy a proponer a mis queridos lectores para su publicación y obvio lo seguiré haciendo donde se pueda claro, son muchos trabajos y horas que se lleva uno en las palabras, o sea, que hoy no será de opinión o análisis político, aunque existe mucho que decir al respecto, pero vamos a empezar con este cuento y poco a poco vamos a ir publicándolos. De antemano, agradezco profundamente al NUEVO GRAFICO de la distinguida Familia Gálvez su amistad que me han brindado y esta oportunidad, que me recuerda al fundador, quién me diera inicialmente esta oportunidad de permitirme decir “tengo palabra”, me refiero al preclaro, culto y excelente periodista, de gran convicción, conciente y gran amigo Don Julio José Gálvez Méndez.

REGALO DE REYES

José se ha perdido entre lo más bajo, por andar de endino, por andar de briago. Hace algunos meses que se fue del pueblo, huyendo del agotado campo, dejando el arado, porque la otra noche, en casa de Pablo, le hundió su cuchillo al compadre Santiago. . .Estaba celoso, o estaba endiablado de tanto refino que ya había tragado.

Su mujer, la Sra. Juana, dizque ya no tienen ni lo que lleva en la “canasta básica”, ni para el escuincle que tienen muy malo; pero es día de reyes y el hijo del dueño del rancho, el charro don Pedro, pos que la ha invitado pa´las bodegas y para el fandango.

Ella no ha aceptado, ¡que caray! . . .al cabo puede hasta aguantarse sin comer, lavando aunque sea la ropa del patrón tendrá pa´que se cure el escuincle, que ya está muy aguitado, muy enfermo el pobre, sin probar bocado.

Mamá, mamacita; quero un regalo como el hijo del Sr. del rancho los Santos le han traído: muchos caballitos y hartos aigroplanos que son pa´los niños que bien se han portado, y yo, mamacita. . .pos he estado muy bien y al tanto, yo no quero mucho, yo no quero tanto, lo que humildemente puedan esos Santos. ¿Qué solo los reyes les traín cosas güenas nomás a los ricos. . .y a los pobres. . .penas?

-Silénciate m´hijo; nomás que oscurezca los Santos que dices te trairán regalos; 

Pondré tus zapatos que te dio doña Chana atrás de la cerca, junto a la ventana y verás, ¡que lindo! Cuántas cosas, Gumaro, esos santos reyes, por güeno te han traído. El hijo del patrón ya me lo ha ofrecido, si yo. . . ¡Pos que importa. . .! Alégrate m´hijo que esta misma noche, tendrás lo que queras, pasteles y dulces y muchos regalos.

Esa misma noche José ha regresado; dicen, en el pueblo lo tienen cercado, y aunque él lo sabe, no le importa nada pues que solo quiere caerle a la Juana. La han visto en las noches con él en el Real, gastando hartos fierros, entrar en las tiendas, presumir del brazo con el charro Pedro, el hijo del patrón y amo.

José ya lo sabe, ya se lo han contado, por eso es que la espía todo encanijado; lleva su cuchillo bien afilado, pa´hundirlo en su pecho y lavar con sangre sus malditos celos. . . .llega hasta la casa, mira a la ventana y ve al pobre Gumaro tirado en la cama rodeado de muchos juguetes muy buenos, pero el cuerpo lívido y la cara pálida.

-Mamá, dice Gumaro-Dios ya si´ha acordado de los niños pobres con sus Reyes Magos, pero . . . en la ventana dejo mis zapatos pa´ver si a mi padre lo vuelve a tu lado . . .-esto lo ha escuchado José, desde afuera, siente gran ternura por vez primera. Lleno de vergüenza deja allí el cuchillo, corre como loco por la carretera cogiendo el camino de alguna ladera.

Al siguiente día, lo hallaron ya muerto. Dizque la policía del palacio a orillas del pueblo rondando lo vieron. . . Y allí, en la cañada de las casas quemadas, que por error le balancearon su cuerpo, pero en su cabaña; en su caja, yerto, estaba cerca de ricos juguetes tirado su cuerpo en el cuarto del padre de Gumaro y Junto a la ventana al abrir la Juana, halló los zapatos y puñal adentro.