LA HIPOCRESIA DE LA IZQUIERDA EN MÉXICO

La Mafia del Poder

Por Cesar Gamaliel Noguera Bautista
Twitter: @CesarGamalielNB

Nuestro país, lamentablemente como muchos de Latinoamérica, durante el Siglo XX no tuvo la fortuna de tener un proyecto de Nación al que se le diera continuidad y que generara por más de unos cuantos lustros resultados favorables para los mexicanos, ya que el choque permanente entre grupos políticos tuvo como consecuencia que miles de ciudadanos quedaran en el olvido y que solo fueran visitados en tiempos electorales.

La fundación de partidos políticos, ha llegado a convertirse en un negocio que es visto con muy buenos ojos por personajes que llevan décadas viviendo del erario público y que lejos de propiciar un ambiente sano y estable, lo que han generado es polarizar la opinión pública y en un momento dado lograron dividir a la ciudadanía.

Tristemente, los mexicanos somos testigos de una supervivencia de la izquierda sin principios ideológicos y que surgió por la negativa de unos cuantos personajes de abandonar su “botín” en el servicio público para darle paso a las nuevas generaciones.

No se necesita ser un experto para notar que los principales referentes de la “izquierda” mexicana, son todos ya mayores de los 50 años de edad y que iniciaron su carrera política siendo “incondicionales” servidores del autoritarismo y de la corrupción. 

Lo peor del caso es que personajes como Manuel Camacho Solís, Andrés Manuel López Obrador, Manuel Bartlett y hasta Cuauhtémoc Cárdenas (el único medio respetable), en múltiples ocasiones han referido que el pueblo mexicano no tiene memoria. Viven de la “politiquería”, y seguramente son ellos quienes no tienen memoria y olvidan que los “dientes de leche” se les cayeron bajo el amparo de personajes como Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.

Uno de los menos respetables y de los más mediáticos izquierdistas en México, es precisamente Manuel Camacho Solís, quien hace algunos días arremetió públicamente contra Carlos Salinas de Gortari; lo curioso del caso es que fue precisamente con el ex Presidente, con quien se formó políticamente desde que eran estudiantes universitarios.

Manuel Camacho, de 67 años de edad, lleva prácticamente medio siglo viviendo de la Política sin tener un solo logro que recordar en beneficio público. 

Otro connotado “izquierdista” es Marcelo Ebrard, un político al que muchos respetan, sin embargo basta con echarle un vistazo a su currículum político para tener una idea de la hipocresía de éste señor, que también se encumbró en el sector público cuando fue Secretario General del PRI en el D.F. y posteriormente Director General del Departamento del Distrito Federal bajo la protección de Carlos Salinas de Gortari.

Ebrard, un verdadero chapulín, ha saltado por cuatro partidos políticos. El PRI, el Verde Ecologista, el Partido del Centro Democrático y finalmente del PRD, al que aspira a presidir. Basta con tener conocimiento de eso para entender que su principal móvil, es la ambición de poder. Defecto que le fue heredado por Manuel Camacho, que fundó un partido político solo para contender por la Presidencia de la República en el 2000. No obtuvo ni el 1% de los votos. Y así quería ser candidato del PRI en el 94, e incluso se le llegó a ligar con el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

Por lo anterior y muchos otros “logros”, representa una ofensa contra la inteligencia de los mexicanos, que la supuesta izquierda tenga un doble discurso. Critican y hacen trizas por medio de discursos al Gobierno actual y a los pasados, con el único objetivo de estar en la mira y de atraer la atención de los electores. Su botín político se fundamenta en la mentira, en la demagogia y en llevarle la contra a todos nada más porque sí.

Es deplorable la situación de la izquierda, una oposición así nada más. Son maestros de la mentira. Utilizan el poder que tienen en el Distrito Federal como arma electorera. La izquierda siempre está en campaña; su sueño más grande es ganar por primera vez la Presidencia de la República en el 2018, aunque carezcan de cuadros jóvenes que puedan relevarlos en algunos años y de aspirantes serios que tengan un proyecto de Nación definido que busque beneficiar a la población.

El PRD, PT, Movimiento Ciudadano y próximamente MORENA, han vivido (triste para México) y seguirán viviendo del erario público, con candidatos y representantes reciclados y mayores a los 50 años de edad, que suspiran por más y más poder político y también económico. 

Seguramente Marcelo Ebrard logrará ser dirigente nacional del PRD, para después ser candidato a Presidente de la República en 2018. ¿Cuál será su proyecto? Probablemente mucho aprendió en los cuatro partidos políticos en los que ha militado. Él, al igual que muchos otros políticos flamantes de la oposición, carece de un proyecto con sustento ideológico. 

La Política, no debe ser vista como el arte del poder, es el arte de servir.