MIRANDO HACIA ABAJO

Érase una vez una revolución del conocimiento.

Por Javier González Reinoza
Twitter: @Javierreinoza1

Ante una situación de crisis política y económica generalizada, Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, decidió realizar cambios en su gobierno, dichos cambios básicamente sugieren buscar una revolución dentro de la revolución que dicen realizar desde hace más de quince años. Como uno de los principios rectores de dichos cambios Maduro enunció la necesidad de una revolución del conocimiento. Nadie podría negar la relevancia de dicho planteamiento, sobre todo para un país como Venezuela que ya se nota rezagado en los avances tecnológicos y en su inserción en las discusiones científicas actuales. Una revolución del conocimiento y una revalorización de las ciencias serían fundamentales para emprender un verdadero desarrollo de la economía del país y sobre todo del desarrollo humano que implique una calidad de vida. 

Para que el gobierno venezolano lleve a la realidad la revolución del conocimiento, -y no se quede en el olvido como una buena intención más de las muchas que se quedan expresadas en las pantallas de tv sin concretarse- es imperiosa la necesidad de tomar en cuenta las siguientes consideraciones: 

1. La liberación de la educación. Es necesario liberar la educación de la ideología y la religión. Ideologizar es inculcar ideas en el ser humano que se caracterizan por ser excluyentes, dogmáticas, sin fundamento racional y que tiene la propiedad de ser en sí mismas sus propias explicaciones o fundamentos. La historia nos ha hecho pensar que donde hay ideología política y religiosa fanáticas no hay desarrollo del conocimiento, por el contrario se limita y se sanciona al que piensa diferente a los dogmas. Para que haya una revolución del conocimiento debe haber una total libertad de pensamiento, donde las personas puedan romper paradigmas y modelos. Sin duda, en Venezuela ha habido un proceso agresivo de ideologización -por supuesto que esta situación no es nueva ni exclusiva de la izquierda sino una práctica que incluso otras corrientes han realizado con cierta frecuencia en el mundo de hoy-. Ahora bien, la educación no es neutra, debe ser un proceso mediado por valores que por el contrario a la ideología se conocen desde la razón y no desde las pasiones. Educación con valores si, ideología no.

Para generar un proceso educativo sano se debe contar con una educación libre de religiones e ideologías políticas y partidistas. Estas deben ser mostradas ecuánimemente al sujeto para que su propia intuición, gustos y razonamientos las seleccione. Para lograr una educación libre de ideología se necesitan maestros objetivos y formados en la racionalidad, crear y cuidar grandes bibliotecas y por supuesto alejar la posibilidad de repartir un libro único que deba ser enseñado a raja tabla.

2. La revalorización de la profesión docente y del investigador: el salario y los ingresos de los educadores son muy importantes, para dedicarse al trabajo educativo y científico se necesitan condiciones de vida digna. En Venezuela un maestro de educación elemental podría estar ganando entre 140 y 120 dólares al mes, y un profesor universitario dependiente del Estado entre 120 y 280 dólares mensuales (calculado en un promedio entre los cuatro tipos de cambios influyentes en la economía venezolana, y no del tipo cambiario más alto pues sería un sueldo significativamente menor que ese). El Estado no puede hacer que un profesional que necesite prepararse tanto obtenga ingresos tan bajos sin promover que las grandes inteligencias se dediquen a otros sectores. Con el estómago vacío la mente tampoco se llena. El Estado debe generar condiciones que busquen incentivar el ejercicio de la educación como profesión digna.

3. Calidad de vida y bienestar del estudiante. El estudiante también debe tener un estilo de vida que le permita concentrarse, dicho estilo de vida debe garantizar su alimentación, residencias, y algún dinero para libros e instrumentos para el estudio. En Venezuela existe un buen sistema de subsidio de transporte, pero hay fallas graves para proveer alimentación a los estudiantes universitarios que no se encuentren en las universidades autónomas. Y sobre las becas las fallas son más evidentes, los ingresos de los estudiantes pueden no superar los 20 dólares al mes. Prácticamente no existe la posibilidad de movilidad para el intercambio científico ni espacios para la investigación científica de los estudiantes.

4. Mejorar la calidad de la cantidad. Venezuela ha tenido aumentos sorprendentes en la cantidad de personas que tienen acceso a la educación. Ahora bien, el aumento de la matricula se ha logrado con un déficit enorme de calidad de los contenidos y con deficiencias visibles del proceso de enseñanza-aprendizaje. El Estado debe medir adecuadamente los niveles de calidad y a continuación tomar medidas para reparar los errores. Seleccionar a los profesores por concursos de conocimientos, incentivar la formación y los méritos, son fórmulas universales.

4. Crear planta física. Venezuela tiene una necesidad altísima de planta física acorde con los procesos educativos. Las instalaciones para la educación y la investigación tienen una naturaleza muy específica y deben tener cierta dotación. Mientras más complejo y avanzado sea el proceso educativo más complejas y avanzadas son instalaciones e instrumentos necesarios. La idea de tener Universidades itinerantes en espacio sin condiciones no dice nada bueno de la calidad. 

5. La Filosofía debe volver. No solo de la ciencia vive el hombre, se necesita un retorno del pensamiento filosófico y liberador. La Filosofía, la ética, la epistemología, el latín y el griego, se han eliminado de las escuelas primarias y secundarias de Venezuela, por eso se necesita retomar estas lecciones pilares fundamentales de la formación de un individuo pensante. 

6. Hay que revalorizar el conocimiento: se debe poner el estudio y la dedicación al conocimiento como un paradigma o modelo a seguir. 

7. Que la ciencia impacte a la sociedad. No puede seguir existiendo tanta lejanía entre los productores de ciencias y la gente pobre y humilde. Las ciencias deben ser para sacar a la gente de la pobreza y el sufrimiento. 

8. El intercambio científico. Venezuela se está bloqueando de la posibilidad de recibir y enviar científicos, profesores y estudiantes a centros de estudios y discusión científica mundial. Debe promoverse becas internacionales y que el control cambiario sea un poco más tolerante para promover las visitas de científicos a nuestro país. Habría revolución científica si se traen a Venezuela maestros y científicos de todo el mundo a participar en charlas, congresos, y seminarios o a colaborar con las investigaciones. El control cambiario no permite realizar los pagos y gastos en dólares para lograr dicho objetivo.

Si NO se toman en cuenta estos mínimos aspectos y algunos otros, lo importante y lo grandioso de la propuesta del presidente, terminará en un cuento de hadas chinas, como muchas otras propuestas, y la recordaremos con tristeza: “érase una vez una revolución del conocimiento”.

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Por Javier Enrique González Reinoza, Licenciado en Derecho con Maestría en Filosofía, Candidato a Doctor por la Universidad Panamericana de México, Profesor de la Universidad de los Andes de Venezuela, especialista en temas sobre Derechos Humanos, Derechos Sociales, Derechos Políticos, Teoría del Estado y Filosofía.