LA HERIDA DE AYOTZINAPA

Por Cesar Gamaliel Noguera.

El Gobierno Priísta del Presidente Enrique Peña Nieto, ha tenido como una de sus características, los golpes mediáticos que las figuras de oposición han intentado propinar a su administración por diferentes cuestiones que a los ojos de un sector de la población no se han solucionado de la manera adecuada, siendo esto un factor fundamental para que la “izquierda” nacional tome como bandera la poca información fidedigna que llega a la ciudadanía, para desinformar e intentar capitalizar políticamente el descontento de una parte de los mexicanos.

Las Reformas Educativa, Fiscal, Energética y anticorrupción propuestas todas desde el Ejecutivo y en el seno del Pacto por México, en algunos momentos pasaron a segundo término ante la opinión pública (aún a pesar de ser cambios históricos que el país requería desde hace más de dos décadas), ante problemas que surgieron “de un día para otro” en diferentes regiones del país.

Uno de esos problemas, que sin duda colocó a nuestra Nación en el ojo del huracán a nivel internacional, fue la matanza de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, misma que sucedió en un estado gobernado por el PRD (Guerrero), en un municipio gobernado también por el PRD (Iguala) y por si fuera poco por órdenes del alcalde de dicho municipio, José Luis Abarca y por su esposa María de los Ángeles Pineda.

Lo que resulta curioso del asunto, es que a pesar que después de los sucesos y de la renuncia del entonces gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, derivado de su (¿probable?) vínculo con la delincuencia organizada en el estado que administró, el partido político que lo postuló denominado PRD, tuvo el cinismo de reprochar al Presidente de la República y a las instituciones federales la culpabilidad del asunto, cuando a leguas la verdad queda al descubierto.

“Es un crimen de Estado” y “EPN renuncia”, fueron algunas de las consignas manejadas por la oposición para intentar capitalizar y lucrar políticamente con el dolor de 43 familias.

Aunado a lo anterior, otros partidos (Movimiento Ciudadano) que fueron en coalición con el PRD para postular a Abarca como alcalde de Iguala, tuvieron el descaro de iniciar una campaña en las redes sociales con imágenes, decálogos y listas de errores del Gobierno de lo República, entre los que destacaban la lamentable situación de los 43 normalistas; y es aquí donde surge la pregunta ¿Acaso no tienen estos partidos (PRD y Movimiento Ciudadano) la mayor parte de la responsabilidad por postular a personas ligadas a la delincuencia organizada?

No existe duda que algunos actores de la oposición, y digo actores porque eso son, han tenido gran astucia y sobre todo cinismo para intentar engañar a la población sobre los responsables de un hecho tan lamentable y tan deplorable como lo fue la matanza de Ayotzinapa. 

Afortunadamente, el día de hoy ya están en prisión José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda (ex alcalde de Iguala y su esposa), quienes sin un esbozo de sentido común, con crudeza y sangre fría tuvieron en sus manos el poder para tomar la cruel decisión de mandar a esos estudiantes a las garras asesinas de la delincuencia organizada.

Es deseable para nuestro país que la inseguridad quede en el pasado, y aunque queda muchísimo por hacer, es satisfactorio saber que se ha trabajado por mejorar en materia de Seguridad Pública con detenciones como las de Abarca o incluso la más reciente captura de Servando Gómez “La Tuta”, líder de los caballeros templarios y fundador de la familia michoacana.

En estos días, apenas comienza a cerrar la herida de Ayotzinapa, una herida que fue hecha con saña por un Gobierno emanado del PRD.