ABSTENCIONISMO, ENEMIGO DE LA DEMOCRACIA

Por Julio Gálvez.

Para la oposición en México, hoy en día es muy complicado ganarle una elección al PRI, partido que sólo puede obtener triunfos electorales a través de la compra del voto y el clientelismo político. En efecto, es muy difícil competir contra el poder económico del Estado, ya que el gobierno utiliza el dinero de la ciudadanía en contra de la ciudadanía; sin embargo, cuando los ciudadanos votan de manera aplastante como sucedió en el Estado Nuevo León, ni todo el dinero del gobierno puede contra la voluntad del pueblo. 

Actualmente la democracia en México enfrenta dos problemas graves. El primero es la división del voto, ya que con la existencia de 10 partidos políticos, la votación de la oposición se divide entre candidatos sin posibilidades de triunfo, mientras que el partido en el poder cuenta con un voto duro y una maquinaria electoral aplastante que se aprovecha de la ignorancia y la pobreza de las personas para comprar voluntades.

El segundo gran problema que enfrenta nuestra democracia, es el fenómeno social del voto nulo y el abstencionismo, situaciones que favorecen al clientelismo político y a la corrupción de las instituciones electorales, ya que cuando vota más del 50% del padrón electoral es muy difícil que el partido en el poder pueda ganar a través de sus conductas deshonestas y carentes de ética.  

Por lo anterior es importante que las personas que no votaron o anularon su voto en las pasadas elecciones (lo cual es muy respetable), reflexionen que en las entidades federativas donde votó más del 50% del padrón electoral como es el caso de Nuevo León (donde votó el 70%) el Partido Revolucionario Institucional perdió la elección, por lo que hasta la fecha, la estrategia del voto nulo no le ha proporcionado resultados favorables a la democracia mexicana.

Históricamente, las veces que el PRI ha sido derrotado como sucedió en el año 2000 con el triunfo de Vicente Fox, fue porque la ciudadanía salió a votar de forma aplastante como lo hizo esta vez por "el Bronco" en el norte del país, ya que  un fraude no puede eclipsar la voluntad del 70%  del electorado, aunque el sistema utilice  todos los recursos estatales para favorecer a determinado candidato. Simplemente no hay dinero público que alcance para comprar a tanta gente.   

Por ejemplo, en el distrito hidalguense de Pachuca y Mineral de la Reforma, hubo una participación ciudadana del 43% en la pasada elección, si la oposición hubiera aumentado la votación general a un 60% y la ciudadanía hubiera concentrado la mayoría de los votos en el candidato opositor con mayores posibilidades de ganar, en estos momentos el PRI estaría lamentando su derrota, ya que ni con todo el dinero del erario hubiese podido revertir la situación.

Conforme a lo anterior, el verdadero reto de los hidalguenses para las próximas elecciones estatales y municipales de 2016, es vencer al voto nulo y al abstencionismo, hoy los candidatos independientes demostraron que pueden ganarle al sistema.