UNA NUEVA DEMOCRACIA

Por Roberto Longoni.

Para los antiguos atenienses la democracia era sólo una de las distintas formas en las que se podía regir la vida en la polis. Escarbando en el significado de este concepto, podemos definir que demos es pueblo, y cratos gobierno. Esto equivale a tomarlo como el “gobierno del pueblo”. Lo cierto es que el demos de Atenas, el pueblo en su conjunto, estaba acotado solamente a la gente que poseía el estatuto de ciudadano. Esto implicaba, en principio, que fueras una persona nacida en Atenas, después, que poseyeras ciertos bienes y también, que cultivaras la obediencia y propiciaras el orden. Cualquier persona fuera de los límites de Atenas era considerada un bárbaro. 

La democracia actual, la siempre pseudo-democracia mexicana, junto con la gran parte de las llamadas democracias del mundo occidental, se jactan de ser herederas de la democracia ateniense, y en un sentido estricto lo son. También dejan fuera a cualquiera que no posea ciertos bienes, que no acate ciertas reglas, por demás prestablecidas y viciadas, que al final no llevan a nada. 

Cuando existen el hambre, la miseria, la corrupción y la desigualdad, también se posibilitan la compra de los votos, el convencimiento por medio de un proselitismo que apela a la ignorancia de la masa, la venta de cualquier cosa por la necesidad. En un ambiente así jamás podremos decretar democracia. 

¿Por qué apelar a un modelo ajeno?; ¿Por qué no pensar en modelos políticos propios como las asambleas o las autonomías indígenas? Nos hemos tragado el cuento de la cajita de cartón que al final, demostrado está, no ha cambiado nada. 

Todos los excluidos abogamos y apelamos por nuevas formas de política, de democracia popular y participativa, de resistencia y rebeldía civil. No queremos Broncos Foxistas, payasos de circo, idiotas disfrazados de presidente o mesías con acento sureño. No queremos nuevos colores con tintes viejos. No queremos traidores, ni vendidos. No necesitamos más partidos, más candidatos. Necesitamos reinventarnos, resignificar que es este pueblo, que gobierno merecemos. Queremos democracia, justicia y libertad. Así, todas juntas.