LA SILLA PRESIDENCIAL HUELE A CHONG.


LA MISMA OPOSICIÓN LE DARÁ EL TRIUNFO AL PRI EN EL 2018.

Por Julio Gálvez.

Hace unas cuantas semanas, el sociólogo y antropólogo mexicano Roger Bartra aseguró en una entrevista para el EFE, que la corrupción es el principal problema de México, donde hay “una clase política de bajo nivel” que se ha ganado “a pulso” el desprecio de la mayoría de la población.

El atraso, la corrupción y la falta de educación de los políticos se refleja tanto en la organización de los partidos como en sus funciones legislativas, generando en los ciudadanos un desdén hacia la “élite gobernante” y un “desprecio general de la política".

Sin embargo, nos guste o no, Osorio Chong es el único político del gabinete de Peña Nieto que se ha podido adaptar a la realidad hostil que vivimos. Hoy, las encuestas de diversas empresas nos demuestran que el hidalguense es el mejor posicionado para obtener la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Institucional de cara a las elecciones de 2018.

En pocas palabras, no hay ningún otro político del gabinete de Peña Nieto que haya sobrevivido a la tempestad que enfrenta el peñismo.

Entonces, bajo este panorama ¿Por qué la silla presidencial huele a Chong? 

Porque de acuerdo a los números, el PRI atraviesa por uno de sus peores momentos de la historia, ha llegado a su mínimo histórico con tan solo 22 puntos porcentuales dentro de la intención del voto; es decir, el tricolor difícilmente descenderá más, ya que esta cifra representa a su voto duro; Sin embargo, si le sumamos los puntos de sus aliados (PVEM, PES, PT, PANAL), no hay partido de oposición, ni candidato independiente que pueda arrebatarle la silla presidencial a los priístas, a menos que la sociedad despierte y dirija sus votos en favor de una sola persona o se conformen alianzas impensables entre PAN-PRD o PAN-MORENA.


Lo anterior, es el motivo de la soberbia del peñismo, se dan el lujo de invitar a Donald Trump, suben el precio de la gasolina, se burlan de la ciudadanía y toman medidas impopulares sin que les importe el descontento social, ya que hasta el momento tienen ganada la Presidencia de la República.

Sin embargo, en más de dos años todo puede pasar, pueden aparecer nuevas variables en el juego, el tablero geopolítico internacional puede cambiar con el triunfo de Clinton y eso quizás afecte a nuestro país, pero el proceso ahí está, existe, y las noticias para los priístas son alentadoras aunque tengan destrozado a México. 

Si como sociedad nos dividen con temas como el matrimonio igualitario, difícilmente podremos alcanzar un voto razonado en el 2018. 

Triste pero cierto, tenemos los gobernantes que merecemos, ojalá y México despierte.