QUERIDA Y DISTANTE MARA.


Por Roberto Longoni.

Hoy mi hermano me dijo que estabas muerta. No hubo nada más que silencio y rabia. (¡QUE POCA MADRE! Nos dijimos, y tuvimos que callarnos un momento.) Hoy, como en los peores días de esta tormenta que es la vida, regresé al evangelio, a la palabra que pareciera ya no ser posible ante tragedias como la tuya. Oré un poco. Maldije a Dios como también Job lo hizo. 



Ceci me preguntó desesperada: ¿qué vamos a hacer? (Porque algo habrá que hacer, ¿No Mara?, porque este país y estemundo le ha apostado a la desmemoria, al olvido, a la injusticia y a la barbarie. Y nosotros, nosotras, no podemos seguir así.) Me disculpo porque no tengo una respuesta y porque la primera reacción es escribir esta sensación tan cercana al dolor, a la tristeza y a la angustia. 


Regresé también a la pregunta de Adorno, a la posibilidad de seguir pensando, creando, sintiendo; después del horror y la muerte. ¿Aún es posible la esperanza Mara? Tampoco tengo una respuesta. 

Deberás disculparme, pero en tu rostro pude reconocer el rostro de mi hermana, y con el tuyo y el de ella, el de tantos y tantas jóvenes que han visto sus sueños truncados por la violencia en la que apenas sobrevivimos. En el rostro pálido de tu hermana me reconocí como en un espejo. De nuevo, Mara, culpa de todos y todas. El rostro de tu madre (a quien jamás podré comprender) es el de la mía, el de tantas que afuera de las comisarías y SEMEFOS gritan y claman la justicia, y rechazan desesperadas la posibilidad de que pueda haber en el mundo tanto dolor, tanto odio y tanta miseria. 

¿Cómo es posible, entonces, romper este silencio lapidario Mara? 

Dando vueltas a tu nombre regresé también a la canción que Víctor Heredia escribió a su hermana Mara, asesinada por la dictadura militar argentina... "Mara, Mara, Mara, déjame sentarme aquí, a pensar tan solo en vos, a mirar en tus ojos estrellas más grandes que el sol..." 

Es largo el camino del dolor a la esperanza, Mara. Por ti, por tantas y tantos, habrá que tener el valor de volver a recorrerlo.