¿DEMAGOGIA Y POPULISMO DEL PRI?


Por María Gil.

En un acto que se parece mucho a esos que el presidente nacional del PRI critica por “mediáticos” y “populistas”, los diputados de Revolucionario Institucional levantaron pancartas y letreros en los que se burlaban de los presidentes nacionales del PRD, PAN y Morena.

La mesa Directiva, en manos de otro priísta, Jorge Carlos Ramírez Marín, no pudo contener ni frenar las protestas ni del PRI ni de los diputados de Morena, así que se declaró un receso en la sesión.

En segundo lugar, el dinero de las campañas, del cual se ha prometido hasta el 100% para apoyar a los damnificados no existe y los partidos no disponen de él, ya que será entregado hasta marzo del año que entra, cuando inician formalmente las campañas, lo cual es un poco tarde si tomamos en cuenta la emergencia. Finalmente los partidos no han ni siquiera mencionado el tema de los recursos con los que cuentan actualmente que son los que se les entregaron para gasto corriente, de tal forma, que demagógicamente han estado prometiendo recursos que no tienen y no los que de hecho disponen.

Pero no solo son demagógicos los fideicomisos y los porcentajes de recursos con lo que no se dispone, sino también la reforma política y electoral, al vapor, como la que propone el PRI desde su dirigencia y su grupo parlamentario en la Cámara de Diputados y de Senadores, la cual plantea cambiar la reglamentación vigente para eliminar tanto a loslegisladores de representación proporcional, también conocidos como plurinominales, como el financiamiento con dinero público a los partidos políticos, todo para ayudar a los damnificados por los sismos del 7 y el 19 de septiembre.

Esta propuesta fue presentada por el presidente del partido, Enrique Ochoa, en conjunto con los coordinadores del grupo parlamentario del tricolor en la Cámara de Diputados y de Senadores, César Camacho y Emilio Gamboa respectivamente. El presidente del PRI señaló que con esa reforma, el gobierno se ahorrará alrededor de 20 mil millones de pesosde financiamiento a los partidos y 11 mil 600 millones de pesos en el costo de los legisladores plurinominales.

Sin embargo, esa reforma aplicaría para el periodo posterior al de los comicios del año entrante, por tanto, ni los recursos del financiamiento de los partidos, ni el de las campañas, ni el de los plurinominales podrá ser entregado en su totalidad, así que, en teoría, ese ahorro lo veríamos materializado hasta el paquete de ingresos y egresos de 2019. En ese sentido, dicha reforma no resuelve el problema inmediato aunque quieran presentar lo contrario.

Además, la reforma que propone el PRI podría tener consecuencias no deseadas importantes: en primer lugar, si se eliminan los legisladores plurinominales se rompería con los esquemas de mayoría relativa en el congreso y volveríamos a las mayorías absolutas, es decir, se rompería el equilibrio del sistema político. Para darnos una idea, si esta propuesta se implementara el día de hoy, el PRI tendría una mayoría de más del 50% en ambas cámaras, algo parecido a lo que sucedía en la época del priismo hegemónico.

En segundo lugar, la eliminación del financiamiento público parecería de primera mano una propuesta interesante, no obstante, tiene riesgos si la contextualizamos a nuestro país, sobre todo por el tema de la corrupción y el crimen organizado. Siendo realistas, esto traería más problemas de los que resolvería, ya que tomando en cuenta lo endeble de nuestro sistema anticorrupción tendríamos más casos como el de Grupo Higa o, peor aún de financiamiento con recursos provenientes del crimen organizado.

Si bien el dinero destinado a los partidos es excesivo, no hay que caer en soluciones que traigan daños colaterales importantes, sin duda es un tema a tratar, este debe ser discutido más allá de la trágica coyuntura y del oportunismo político-electoral.

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FUENTE: El Financiero.