Los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) determinaron permitir a Jaime Rodríguez “el Bronco” llegar a la boleta presidencial como candidato independiente. Lo anterior tras desechar el dictamen del Instituto Nacional Electoral (INE) que no le otorgó el porcentaje de firmas necesarias para respaldar su aspiración. El proyecto a discusión fue aprobado por 4 votos a favor y 3 en contra.
Los magistrados discutieron dos recursos interpuestos por el gobernador con licencia, el primer busca impugnar el dictamen del INE del porcentaje de apoyo ciudadano para su registro. Y el segundo busca tirar el acuerdo en donde el Bronco se supone que no presentó su solicitud de registro como candidato a presidente.
Con la decisión de los magistrados, el INE no tiene elementos para impedir que el Bronco sea incluido en la boleta presidencial y por lo tanto sea candidato independiente, a pesar de haber entregado firmas fantasmas y estar siendo investigado por fondeo irregular.
Este acto vergonzoso y bochornoso es tan sólo el ejemplo de la degradación de una clase política que ensucia y empantana el ejercicio del poder en todas sus manifestaciones, incluyendo los recursos para que los ciudadanos tengan la posibilidad de acceder a las candidaturas. Y aunque hubo ciudadanos, como Edgar Portillo, que también hicieron trampa, casi todos los que lo hicieron fueron políticos de sistema. Ni Ferriz de Con ni Marichuy ni muchos otros decidieron engañar al sistema y se fueron por lo legal, ellos perdieron.
Con este tipo de actos, la clase política sólo refuerza el paradigma de que en México si la quieres hacer te tienes que ir por el camino chueco y que apegarse a la ley es cosa de ingenuos. Este bochorno es lamentable y vergonzoso, pero que todo sea por hacerle fraude y dividirle la votación a AMLO.
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