ROMA, UN HOMENAJE A LA MUJER MEXICANA.


Por Javier López Menacho.
27/01/2019.

Resulta paradójico, pero la primera película de Netflix que recibirá un Óscar, Roma de Alfonso Cuarón, es una película de autor de impecable factura, alejada de las propuestas de género habituales en la conocida plataforma de cine streaming.

Introduciéndose en la intimidad de una familia numerosa y española de bien, nos cuenta el embarazo de Cleo, la sirvienta, cuya historia no es más que la historia de las mujeres que siempre están pero no se ven, y que sostienen nuestra niñez, nuestra educación sentimental y, en definitiva, nuestros hogares.

La mirada de Cuarón se enmarca en una gran ciudad Mexicana a finales de los 60 (con sendas escapadas al mundo rural y a la playa), bañada en una nostalgia al tiempo dura y delicada, dulce y amarga, cautivadora y caótica. La cámara transita por cada paisaje de este México polvoriento y abrupto con una deliciosa naturalidad, recreando los recuerdos de la infancia del autor. Para el espectador, es una paseo excepcional.

La ausencia del hombre como referente familiar de la época es el nexo de unión entre las tres -y hasta cuatro- mujeres de diferente edad y clase social que protagonizan la historia. Juntas, son el sostén para cinco niños que tendrán que aprender a crecer de manera diferente. Y con todo sus dramas, la familias salían adelante, gracias a muchas mujeres que proporcionaban cuidados y luego quedaban injustamente invisibilizadas.

Porque así ha sido históricamente en casi cualquier rincón del mundo, estuviera la situación sociopolitica complicada o no, hubiera trabajo o no, tuvieran apoyo o no, las mujeres lograban que sus familias salieran adelante. Mientras la sociedad buscaba héroes en las salas de cine de la época, las heroínas estaban en sus propias casas.

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La Réplica.