Hidalgo en la Revolución de 1910



El movimiento revolucionario iniciado en 1910, es altamente significativo en la historia de nuestro país, por haber transformado a las instituciones políticas, sociales y económicas, sustento del México moderno y es al mismo tiempo un hecho histórico emblemático para el Estado de Hidalgo, donde una década antes surge una gran corriente opositora contraria a los intereses del viejo caudillo, Porfirio Díaz, cundo cumplía ya dos décadas en el poder.

En efecto, un primer paso se dio el 27 de mayo de 1900, al fundarse en Pachuca la “Corporación Patriótica Privada” organismo contestatario que se integró con un importante número de intelectuales hidalguenses y fue presidido por don Fernando P. Tagle (sobrino del primer Gobernador del Estado, Antonino Tagle), apoyado por el doctor Eduardo del Corral, como vicepresidente; los profesores Aurelio Jaso, como tesorero, Teodomiro Manzano, como primer secretario y el joven estudiante Mariano Lechuga, como segundo secretario a los que se agregaron como vocales los señores, Luis García, ingeniero Arcadio Ballesteros, profesor Eduardo Luque y doctor Agustín Navarro Cardona, todos ellos secundados por cerca de medio centenar personas, fundamentalmente estudiantes del Instituto Literario del Estado, que se sumaron con gran ímpetu al movimiento, que pronto se esparció por las principales ciudades de la entidad.

Desde su primer acto público, celebrado el 18 de julio de 1900 con motivo del vigésimo octavo aniversario de la muerte de don Benito Juárez, la Corporación pachuqueña, se definió por su alto espíritu liberal y antigobiernista que le definieron como organismo aglutinador de los sentimientos populares y oposicionista, así como por haber sido el mayor impulsor de la política anti-reeleccionista, como quedó patentizado al asistir sus integrantes a la celebración del Congreso Liberal de San Luis Potosí, efectuado el 5 de febrero de 1901.

En poco más de un año, se sumaron a la Corporación, personajes como Alfonso Cravioto Mejorada –hijo del Gobernador Rafael Cravioto– quien participó de manera muy activa en la fundación del periódico "El Desfanatizador", publicación antigobiernista y anticlerical, cuyo primer número apareció el 8 de septiembre de 1901, bajo la dirección de Don Francisco de Paula Castrejón y las colaboraciones de Francisco Noble, Rodolfo García Ramírez y el propio Alfonso Cravioto.

Con gran entusiasmo los integrantes de la Corporación, organizaron durante aquel año, diversos actos públicos, apoyados por nutridos contingentes de estudiantes del Instituto Literario, lo que enardeció al gobierno de Pedro L. Rodríguez, que ordeno fueran reprimidos los actos que organizaran y se persiguiera a sus dirigentes, lo que propició pronto, la desaparición del organismo, aunque sus integrantes mantuvieron encendidos los ideales anti-porfiristas, mediante la colaboración en periódicos independientes de la ciudad de México y una amplia participación en diversos círculos antigobiernistas, incluido el partido anti-releccionista que postuló a la candidatura de Francisco I. Madero a la presidencia de la república.​​​​​

Fue ese mismo, el grupo encargado de recibir el domingo 29 de mayo de 1910, al aspirante presidencial Francisco I. Madero, en su gira por la ciudad de Pachuca, a quien acompañaron desde su llegada en la estación del Ferrocarril “El Mexicano” hasta la celebración de un concurrido mitin, en la explanada del templo de San Francisco –hoy Jardín Colón– donde reunió a una considerable cantidad de ciudadanos, mayormente mujeres, como lo afirmo un reconocido periódico de la capital del país.

Después del fraude electoral de 1910, Madero, lanzó el “Plan de San Luis” que convocó a la revolución armada a partir del domingo 20 de noviembre de ese año; por lo que los liberales pachuqueños se agruparon en torno al Notario Público de la ciudad de Pachuca, licenciado Jesús Silva –otrora miembro de la Corporación Patriótica Privada– a fin de secundar el movimiento, pero una semana antes, el domingo 13 de noviembre, fue “aprehendido el señor Ramón Rosales, en el “Hotel Bazar” de la ciudad de México” quien comprometido con la conspiración, había reunido en ese lugar, un buen número de armas y dinero en efectivo”. Cuatro días más tarde, llegó a Pachuca don Celso Acosta, Director de la Inspección General de Policía de la ciudad de México, a efecto de realizar diversos cateos y la aprehensión de otros ciudadanos coludidos en el “Movimiento Maderista”, entre ellos los señores Abel Serratos, Jesús Silva, Francisco Castrejón y Eduardo Prumetti, quienes avisados de su posible aprensión, lograron ponerse a salvo, no así el Notario Jesús Silva, quien fue arrestado y conducido a la ciudad de México,todo ello a fin de evitar el levantamiento en Pachuca.

​De esta manera el domingo 20 de noviembre, resultó ser un día como cualquier otro en el calendario cívico del Estado de Hidalgo, sin embargo como sucedió en el resto del país, las ideas del “Maderísmo” habían ya calado en lo más profundo de la conciencia de cada mexicano y, en menos de seis meses, el movimiento con apenas unos cuantos actos violentos, logró triunfar y echar del poder y de México al octogenario dictador Porfirio Díaz, quien al salir expatriado pronunció la lapidaria frase “Madero ha soltado el tigre, ahora veremos si puede controlarlo".

En mayo de 1911, la revolución maderista logró triunfar en Hidalgo; el 15 de ese mes, el general Gabriel Hernández entró en Tulancingo y un día después en Pachuca, ya como presidente electo, Madero regresó a la capital del Estado el 28 de julio de 1912 y como en 1910, logró reunir a miles de hombres y mujeres en todos los lugares que visitó aquel día. Siete meses más tarde, en febrero de 1912, fue asesinado en la ciudad de México, se convertiría en “Mártir de la Democracia”, a esta última visita pertenece la placa que ilustra esta crónica.

​​​​​Pachuca Tlahuelilpan, noviembre de 2020.

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