Jorge Montejo
En el marco del Día del Trabajo, el 1 de mayo se celebró una reunión inédita en Hidalgo en el salón Benevento de Pachuca, que congregó a figuras representativas de distintas corrientes políticas, desde la izquierda hasta la derecha, pasando por el centro ideológico. El encuentro, al que acudieron al rededor de 320 personas dejó ver un intento claro por consolidar una nueva fuerza progresista plural en oposición a Morena.
Destacaron presencias de izquierda como la de Tere Samperio; del lado del PAN, asistieron distintos perfiles; mientras que por el PRI participaron personajes como José Antonio Rojo García de Alba y otros priistas que habían estado distanciados por divisiones internas, quienes acudieron a la re-unión organizada por el profesor Roberto Pedraza.
El evento fue interpretado por varios analistas como una señal clara de que en el PRI comienza a reconstruirse la unidad entre sus distintas corrientes y grupos políticos, la cual se fracturó severamente tras la gestión de Omar Fayad Meneses. De acuerdo con varios de los asistentes, fue precisamente la traición del exgobernador de entregar el control político del estado a Morena —para evitar una posible desaparición de poderes que habría puesto en riesgo su futuro político y legal— lo que debilitó al priismo hidalguense.
La reunión del 1 de mayo no sólo representó una conmemoración laboral, sino también un gesto político de reconciliación y alianza entre fuerzas históricamente confrontadas, con miras a recuperar el protagonismo perdido en la entidad.
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