Chávez Jr, presunto ajustador de cuentas del Cártel de Sinaloa



Alonso Quijano 

5 de julio de 2025

Julio César Chávez Jr., exboxeador e hijo del emblemático campeón mexicano, fue señalado por la Fiscalía General de la República (FGR) como presunto “ajustador de cuentas” del Cártel de Sinaloa, una figura temida dentro del organigrama criminal bajo las órdenes directas de Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini”, jefe de seguridad de Los Chapitos.

La revelación, contenida en expedientes judiciales a los que tuvo acceso la prensa, ubica a Chávez Jr. como un ejecutor de castigos físicos dentro de la estructura delictiva, encargado de golpear salvajemente a los subordinados que cometían errores logísticos o de operación. Según la FGR, su función era claramente intimidatoria. “Era un vil esbirro del cártel”, se puede leer textualmente en la descripción de su papel operativo.

El expediente detalla que las autoridades interceptaron comunicaciones telefónicas en las que miembros del cártel comentan con admiración su resistencia física: “Comenta que el Chávez, cuando peleó con el Canelo, aguantó los 12 rounds. Entonces imagínese los verg4zones que les pega”. Una frase brutal, pero ilustrativa de la lógica criminal con la que funcionaba su rol, amparado por su fama y fortaleza.

La FGR también documenta al menos dos encuentros entre Chávez Jr. y El Nini antes de la captura de este último en noviembre de 2023. Posteriormente, el jefe de seguridad fue extraditado a Estados Unidos en 2024. Las autoridades federales sostienen que la relación entre ambos no fue casual, sino constante y operativa.

El caso se agrava con la inclusión del exboxeador en la misma orden de aprehensión que Ovidio Guzmán López y el propio El Nini, en la que se le acusa de crimen organizado y tráfico de armas. No es solo un actor colateral; la FGR apunta a su participación directa y recurrente.

La familia de Chávez Jr. ha negado rotundamente los señalamientos. Aseguran confiar en su inocencia y afirman que las acusaciones son parte de una campaña de desprestigio. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades mantienen abierta la investigación, y la orden de captura sigue vigente.

El caso no solo sacude a la opinión pública por la notoriedad del personaje, sino que muestra cómo las redes del narco logran infiltrarse en mundos que parecían ajenos, como el deporte. La leyenda del ring hoy queda opacada por la sospecha de haber sido el verdugo clandestino de una de las organizaciones criminales más poderosas del continente.