
20/07/25
El país sufre una severa crisis en materia de derechos humanos. El secuestro de la comisión nacional del ramo, de manos del gobierno federal con la llegada al poder de Andrés Manuel López Obrador, coloca en la total indefensión no sólo a víctimas de abusos, sino a muchosmexicanos.
Por desgracia esa situación se reproduce en Hidalgo, en donde al igual que en el plano nacional sucede con Rosario Piedra Ibarra, en la entidad agrupaciones civiles y activistascuestionan la labor de Ana Karen Parra Bonilla al frente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado (CDHEH).
Las críticas hacia la ombudsperson hidalguense han llegado a tal extremo, que a la par de exhibir falsedades e inconsistencias en su trabajo, se han multiplicado las exigencias para que renuncie o sea destituida del cargo.
Se asegura que Parra Bonilla mintió desde que ingresó su candidatura para presidir la CDHEH, al presumir una maestría cuando en realidad sólo tiene una Licenciatura en Derecho, y afirmar que ocupó un importante puesto en la Organización de Naciones Unidas (ONU), lo cual no se ha podido comprobar.
Al respecto, Haideé Franco Moreno, activista de la Unión de Madres Protectoras, resaltó que con esa mentira, se quedaron en el camino “mejores perfiles que ella, con maestrías y doctorados, que debieron sido considerados para integrar la terna".
Además, ya como titular de la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo, la cuestionada mujer prometió que se bajaría el sueldo, bajo el argumento de que sus predecesores eran corruptos y que ella, al provenir de la sociedad civil, no seguiría sus pasos. Datos oficiales señalan que la ombudsperson percibía en ese momento 73 mil 776 pesosmensuales, cifra ligeramente inferior a la del mandatarioestatal, quien obtenía 75 mil 605 pesos.
Tras ser inquirida meses después por diputados locales sobre el motivo por el cual incumplió lo ofrecido en materia salarial, molesta respondió que se trataba de una cuestión de género, porque antes no se hacía esa pregunta a sus antecesores de sexo masculino.
En medio de ese enrarecido ambiente, han transcurrido ya tres años desde que asumió la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos, y las quejas en contra de Ana Karen Parra no cesan. No sólo ha sido blanco de protestas constantes, sino que incluso cada vez son más las peticiones para que renuncie o sea removida de la institución.
Advierten que incumple con el perfil adecuado para el cargo,que su gestión se caracteriza por desechar quejas sobre violencia de género y que no atiende a las víctimas.
La última muestra de repudio a la ombudsperson se registró en días pasados, cuando representantes de diversos colectivos feministas entregaron un oficio en el Congreso local, para solicitar formalmente su destitución al frente de las CDHEH.
Por si lo anterior no fuera suficiente, también sobre sus hombros pesa una denuncia por abuso de autoridad y lesiones agravadas ocasionadas por personal del propioorganismo autónomo en contra de una activista que intentó hablar con Parra Bonilla.
Asimismo, Josué Flor Romero, ex trabajador de la Comisión, se quejó de despido injustificado, maltrato y discriminación por parte de la presidenta, luego de que pretendiera ser utilizado como imagen de un programa de YouTube con el tema de inclusión.
Bajo esa premisa, resulta importante considerar que, tanto a nivel nacional como estatal, mantener al frente de las comisiones de derechos humanos a personas cuyas gestiones han sido severamente cuestionadas, no sólo representa un golpe a la credibilidad de las instituciones, sino que es además un debilitamiento que para muchas víctimas de abusos significa un panorama en el que sus denuncias no tendrán eco ni una efectiva defensa.