Trump, elimina el mes del orgullo y declara junio como mes de la familia en EE.UU.



María Gil

Washington, 2 de julio de 2025.– El presidente Donald Trump ha dado un giro drástico a la tradición estadounidense al eliminar oficialmente el reconocimiento del mes de junio como el Mes del Orgullo LGBTQ+, decisión que ha generado polémica y protestas tanto a nivel nacional como internacional. En su lugar, la administración Trump ha impulsado que junio sea conocido como el “Mes de la Familia”, alineando el discurso federal con una agenda conservadora que busca dejar de lado la visibilidad y los derechos de la comunidad LGBTQ+ en el espacio público. La decisión se materializó cuando la Casa Blanca, a través de su secretaria de prensa Karoline Leavitt, confirmó que este año no habría proclamación presidencial ni eventos oficiales relacionados con el Orgullo. En cambio, departamentos federales como el de Educación promovieron el llamado “Title IX Month”, focalizado en la igualdad de género en el ámbito educativo, pero omitiendo cualquier referencia explícita a la diversidad sexual o de género. Además, el FBI emitió directrices internas para que sus empleados se abstuvieran de participar en actividades oficiales vinculadas al Orgullo, aunque dejaron abierta la posibilidad de que asistieran a título personal.

Los gestos simbólicos de este viraje no se han quedado únicamente en los discursos. Uno de los episodios que más indignación causó fue el reciente cambio de nombre del buque USNS Harvey Milk, dedicado desde 2021 al activista y veterano naval abiertamente gay. El barco fue rebautizado como USNS Oscar V. Peterson bajo el argumento de una “despolitización” de los nombres en las fuerzas armadas, lo que fue interpretado como un intento deliberado de borrar referentes LGBTQ+ de la esfera pública. Paralelamente, el gobierno federal ha eliminado menciones a orientación sexual e identidad de género de diversas páginas oficiales, en sintonía con una serie de órdenes ejecutivas firmadas desde el regreso de Trump a la presidencia en enero. Entre estas medidas, la orden ejecutiva 14168 redefine el género como un concepto estrictamente binario, restringe el acceso de personas trans a servicios de salud y limita el alcance de programas de diversidad e inclusión en dependencias gubernamentales.

La decisión de eliminar el Mes del Orgullo ha provocado críticas inmediatas de activistas, legisladores demócratas y defensores de derechos humanos. Nancy Pelosi, líder demócrata en la Cámara de Representantes, denunció el cambio de nombre del buque Harvey Milk como una “borradura ideológica” y un retroceso civilizatorio. En ciudades como Nueva York y San Francisco, miles de personas salieron a las calles durante junio, manteniendo vivas las celebraciones y protestas del Orgullo bajo lemas como “Queer Joy is Resistance” y “Pride Without Permission”, dejando claro que la comunidad LGBTQ+ no depende del reconocimiento presidencial para existir ni celebrar su historia. Mientras tanto, varias empresas privadas y gobiernos estatales se han mostrado cautelosos ante posibles represalias, reduciendo la presencia de símbolos de orgullo en sus campañas o eventos públicos.

Cabe recordar que junio fue proclamado por primera vez como Mes del Orgullo en 1999 por el presidente Bill Clinton y posteriormente reforzado por Barack Obama en 2011, como un homenaje a los disturbios de Stonewall de 1969, que marcaron el nacimiento del movimiento moderno por los derechos LGBTQ+ en Estados Unidos. La supresión de este reconocimiento oficial bajo la administración Trump representa no solo un retroceso simbólico, sino una estrategia política para restringir la visibilidad y los derechos de las minorías sexuales, en consonancia con una ola conservadora que busca revertir avances sociales de las últimas décadas. Sin embargo, la respuesta de la sociedad civil y de las organizaciones LGBTQ+ ha demostrado que el Orgullo sobrevive y se fortalece frente a la adversidad, y que la diversidad no puede ser borrada por decreto.