
Mientras la FGR se apresuró a brindarle escoltas a Noroña tras el “brutal ataque” de Alito en el Congreso, el secuestro y asesinato de la profesora Irma Hernández en Veracruz fue descrito apenas como un “ataque al corazón”. Así se mide la inseguridad en México: la justicia para los políticos llega de inmediato, para los ciudadanos nunca llega.