Alonso Quijano
12 de septiembre de 2025
El arresto de Hernán Bermúdez Requena, alias “El Abuelo” o “Comandante H”, sacude la política tabasqueña y abre incómodas preguntas sobre la cercanía de los gobiernos de Morena con personajes presuntamente ligados al crimen organizado. Bermúdez, quien fuera secretario de Seguridad de Tabasco entre 2018 y 2024 bajo la administración de Adán Augusto López Hernández, fue capturado en Paraguay tras varios meses prófugo.
Su nombre aparece en expedientes judiciales y reportes de inteligencia desde hace tiempo: liderar a “La Barredora”, un grupo criminal acusado de tráfico de drogas, huachicol y extorsión. Pese a esas señales, se mantuvo como figura clave en el gabinete de Adán Augusto, hoy coordinador de Morena en el Senado y aspirante a mantener influencia en el gobierno federal.
La detención no fue menor: un operativo de autoridades de Paraguay en conjunto con la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional, la FGR y la Unidad de Inteligencia Financiera. Desde febrero pesaba sobre él una orden de aprehensión por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés. Su captura parece responder más a presiones externas que a la voluntad política de sus antiguos aliados.
Lo que sigue ahora es la incógnita: ¿afectará directamente a Adán Augusto o se blindará en la narrativa oficial de que “cada quien responde por sus actos”? Lo cierto es que Bermúdez no fue un funcionario menor, sino la mano derecha de quien dirigió Tabasco y hoy se proyecta como pieza fundamental del morenismo en el Senado.
La caída del “Comandante H” exhibe un patrón preocupante: la normalización de perfiles con vínculos sospechosos dentro de cargos de seguridad. Mientras tanto, Adán Augusto guarda silencio. La pregunta permanece en el aire: ¿es sólo la detención de un criminal o el principio de un escándalo político que puede golpear al corazón de Morena?
El arresto de Hernán Bermúdez Requena, alias “El Abuelo” o “Comandante H”, sacude la política tabasqueña y abre incómodas preguntas sobre la cercanía de los gobiernos de Morena con personajes presuntamente ligados al crimen organizado. Bermúdez, quien fuera secretario de Seguridad de Tabasco entre 2018 y 2024 bajo la administración de Adán Augusto López Hernández, fue capturado en Paraguay tras varios meses prófugo.
Su nombre aparece en expedientes judiciales y reportes de inteligencia desde hace tiempo: liderar a “La Barredora”, un grupo criminal acusado de tráfico de drogas, huachicol y extorsión. Pese a esas señales, se mantuvo como figura clave en el gabinete de Adán Augusto, hoy coordinador de Morena en el Senado y aspirante a mantener influencia en el gobierno federal.
La detención no fue menor: un operativo de autoridades de Paraguay en conjunto con la Sedena, la Marina, la Guardia Nacional, la FGR y la Unidad de Inteligencia Financiera. Desde febrero pesaba sobre él una orden de aprehensión por asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés. Su captura parece responder más a presiones externas que a la voluntad política de sus antiguos aliados.
Lo que sigue ahora es la incógnita: ¿afectará directamente a Adán Augusto o se blindará en la narrativa oficial de que “cada quien responde por sus actos”? Lo cierto es que Bermúdez no fue un funcionario menor, sino la mano derecha de quien dirigió Tabasco y hoy se proyecta como pieza fundamental del morenismo en el Senado.
La caída del “Comandante H” exhibe un patrón preocupante: la normalización de perfiles con vínculos sospechosos dentro de cargos de seguridad. Mientras tanto, Adán Augusto guarda silencio. La pregunta permanece en el aire: ¿es sólo la detención de un criminal o el principio de un escándalo político que puede golpear al corazón de Morena?
Video de la detención:
