28 de diciembre de 2025
En 2019, el expresidente López Obrador acusó al sistema de compra de medicamentos de corrupción, sin pruebas. Vetó a Grufesa, Dimesa y Maypo sin investigaciones ni procesos legales; simplemente se les dejó de comprar y pagar
Pensé mucho sobre qué escribir un día previo a la Nochebuena y pido una sentida disculpa por hacerlo sobre un tema doloroso, pero no puedo quitarme de la cabeza las historias que he conocido en los últimos meses: personas enfermas que se acercan pidiendo ayuda; muchas abandonadas incluso por sus propias familias al darse cuenta de lo costoso que será intentar una cura; otras empobrecidas hasta quedarse sin comer por salvar a sus bebés o a su esposa. Me faltaría espacio para hablar de quienes pasarán la Navidad en un hospital, dormirán en el piso de los pasillos o en una fría banca. A ellos, mi solidaridad y mi lucha por su derecho a una salud digna.
En siete años de gobierno de Morena se han dejado de surtir 60 millones de recetas, un promedio de 10 millones por año. Para dimensionarlo: en 2017 el sistema de salud dejó de surtir solo dos millones. El desabasto de medicamentos es una historia de ineptitud y corrupción
En 2019, el expresidente López Obrador acusó al sistema de compra de medicamentos de corrupción, sin pruebas. Vetó a Grufesa, Dimesa y Maypo sin investigaciones ni procesos legales; simplemente se les dejó de comprar y pagar.
Se recurrió a la UNOPS de la ONU, con resultados iguales o peores, sobre todo en medicamentos oncológicos y para enfermedades crónicas: sobreprecios, faltantes y piezas caducas. El gobierno nunca tuvo control real de las compras.
El desabasto también afectó materiales de curación, quirófanos y traumatología. Cirugías y procedimientos vitales se cancelaron y, en algunos lugares, estos servicios desaparecieron.
Tras reconocer el fracaso, la tarea pasó al INSABI -hoy desaparecido- y luego a Birmex. El INSABI fue incapaz de adquirir 28 millones de unidades en su única licitación de 2021.
En diciembre de 2023, Birmex gastó 2 mil 700 millones de pesos en la “Megafarmacia” del Estado de México, que sólo surtió 350 recetas en cuatro meses, apenas el 1% de lo prometido. Hoy está abandonada.
Ahora se evita hablar de ese fracaso y se impulsa otra simulación: las llamadas farmacias del bienestar, gabinetes móviles fuera de las unidades de salud.
El desabasto es una tragedia sostenida por el engaño. Los más pobres han incrementado su gasto en farmacia en 41.4% desde 2017, llegando en algunos casos a 4 mil pesos mensuales. En el sexenio pasado se otorgaron 2 mil 350 amparos en salud, pero los medicamentos siguen sin llegar.
Termina 2025: siete años sin medicamentos. Las recetas no surtidas superaron el 600 por ciento. Aunque el gobierno reconoce fallas, los recursos se destinan a otros fines y el problema persiste.
Los Institutos Nacionales de Cardiología, Cancerología, Pediatría, Neurología y Enfermedades Respiratorias, así como los Hospitales General e Infantil de México, recibirán 10 mil millones de pesos menos en 2026.
Esto ha significado desabasto, cancelación de procedimientos vitales, escasez de insumos y reducción de personal médico. Esta semana he conocido y cooperado en tres rifas que las familias organizan, para pagar costosos tratamientos.
Esta es la mayor tragedia, el mayor crimen y la mayor mentira de nuestro tiempo.
Feliz Navidad.
