EL DOLOR Y LA RABIA.


Por Roberto Longoni.

El 2 de mayo de 2014 el maestro zapatista Galeano fue asesinado por paramilitares cerca del Caracol de La Realidad. Las (sin)razones fueron las de siempre: la guerra prolongada por parte del gobierno para exterminar la rebeldía y la resistencia de las comunidades indígenas del sureste mexicano. Guerra que comenzó mucho antes de 1994 y que no terminó, como algunos afirman, doce días después del alzamiento. 

Entonces la comandancia zapatista reapareció en La Realidad (en su sentido más complejo) para volver a clamar por democracia, libertad y justicia. "Son el dolor y la rabia lo que nos han hecho volver a calzarnos las botas, colgarnos el rifle y ponernos el pasamontañas" El persistente dolor y la digna rabia que en 1994 fueron también las razones del ¡YA BASTA! 

En días pasados Emma González, sobreviviente del ataque armado a su escuela preparatoria en Florida, gritó también ¡Ya Basta! Basta de muerte. Basta de armas. Basta de guerras incomprensibles. Basta de tanta miseria humana. Basta de las sin razones del poder. 

Son también el dolor y la rabia las que han hecho que estudiantes como Emma y sus compañeras y compañeros griten en contra del poder, cuestionen sus formas y sus prejuicios, y apunten más allá de la apariencia de este mundo falso. 

De nuevo los ecos de Ernst Bloch ante hechos que nos conmueven, que abren nuestra cotidianidad y rompen su aparente calma y linealidad. De nuevo el grito esperanzado que sentencia que "aquello que es no puede ser verdad". Esta realidad de odio y tragedia no pueden ser el destino (ni el presente) de la humanidad.