EL TRÁGICO FUTURO DEL PRI.


Por Álvaro López.
Director de la Plataforma El Cerebro Habla.

Después de las declaraciones que diera Ricardo Anaya en su participación en la Reunión Plenaria de Consejos Consultivos 2018 de Citibanamex y que se interpretaron como un posible pacto entre el PRI y el Frente, el panista tuvo que salir a afirmar que no haría ningún pacto cupular y en el PRI respondieron con virulencia. Javier Lozano dijo que no podría pactarse el voto útil con “un inútil” al que tachó casi de criminal, Peña y Meade también respondieron que no harían pacto alguno con Ricardo Anaya.

Aunque desde la izquierda lopezobradorista se ha empezado a utilizar el discurso del PRIAN (porque saben que si ligan de forma exitosa a Anaya con esta idea reducirán aún más sus pocas posibilidades de rebatarles el triunfo) en realidad esta alianza, al parecer, no ha pasado de ser algo más que una sugerencia de los empresarios que no quieren a López Obrador (que evidentemente saben más de negocios que de cálculos políticos) y que buscan hojas de ruta para evitar que el tabasqueño no llegue a la presidencia.

Que estos grupos empresariales harán su trabajo para evitar el triunfo de AMLO no es un secreto. Las declaraciones de López Obrador, aunque muy imprudentes y con cierto tufo autoritario, no dejan de tener algo de verdad (y técnicamente tienen derecho a reunirse y a tomar una postura en tanto respeten la ley electoral). Muchos analistas concuerdan en que esa reunión se dio, esa reunión en la que algunos empresarios le piden a Anaya bajarle la intención a sus ataques virulentos a Peña (lo que, a mi parecer, sería otro error estratégico ya que el panista debería posicionarse como un adversario del PRI) a la vez que algunos voceros dentro de las campañas de José Antonio Meade y Margarita Zavala han confirmado que los empresarios les han pedido que le cedan votos a Anaya.

Pero el juego del PRI es otro muy diferente, ellos están buscando su supervivencia.

Muchos interpretan el golpeteo que desde la campaña de Meade le están orquestando a López Obrador (incluyendo la supuesta serie sobre Populismo) como una estrategia orquestada del “PRIAN” y la derecha para tumbar a López Obrador. En realidad, lo que buscan en el PRI es parar esa hemorragia de priístas que se están pasando a MORENA o de aquellos que piensan votar por López Obrador ya que necesitan que José Antonio Meade pueda agarrar el mayor porcentaje posible en la elección. 

El PRI necesita, para sobrevivir, que gane el máximo número de escaños posibles en las cámaras y por menos votos sean los que Meade gane (aunque la cantidad pueda diferir en los votos para presidente y legislativos), menos votos serán los que el PRI obtenga para ganar escaños. A sabiendas de que perderán la presidencia y tres estados que gobiernan (Jalisco, Oaxaca y Chiapas, que aunque oficialmente sea del Partido Verde es el PRI quien realmente gobierna ahí) no les queda de otra que mantener lo que se pueda en el Poder Legislativo. En ese sentido, es para ellos un contrasentido que Meade “decline por Anaya” ya que eso afectará de alguna u otra forma el número de escaños a los que pueden aspirar.

En los mítines, a pesar de sus semblantes cabizbajos, simulan que se encuentran fuertes, que no se van a rajar, que no van a declinar con “el corrupto de Anaya”. Intentarán generar la percepción de que son competitivos para rascar el mayor número de votos posible. Harán como que están compitiendo por la grande y que “esto todavía no se acaba”. 

Ellos entendieron que están fuera de la contienda y que su papel es otro, la encuesta de Reforma se los dejó muy claro, por eso removieron a Enrique Ochoa Reza (quitando muchos de los hilos que Peña Nieto tenía sobre la campaña) para colocar a René Juárez (quien tiene un mayor conocimiento de las estructuras). Un pacto con el Frente sólo podría darse a nivel estructuras e incluso eso sería riesgoso, un pacto más abierto o una coalición sería casi un suicidio para el PRI que busca mantenerse vivo.

_____________________
El Cerebro Habla.